sábado, 21 de agosto de 2010

Entre hormigas, colibríes y una dama

Decidí escribir sobre hormigas y colibríes. Piquitos rojos, alas pequeñitas. Ojos mirones, antenas sensibles. Así describo mis emociones, aletean como viento huracanado, avanzan en trote presuroso cargando más peso mientras la consciencia tambalea a nivel del suelo.

¿Día o noche? Constraste. Muchos puntos negros sobre una pared amarilla. En movimiento andan hacia el cielo, vía vertical, cúpula celeste y abajo cientos de cabezas tan pequeñas como la punta de un alfiler. Íban siete hormigas cargando un inserco sin vida. ¿Almuerzo? ¿Trofeo? No lo sé. Este insecto carga cuatro veces su peso, otros dicen que cincuenta. ¿Alguien les ha preguntado? Como el trovador oriundo de Cuba, Alejandro García "Virulo" que conoció a un colibrí", en mi caso gané la amistad de una dama, amante de la naturaleza. Hablaba con las plantas, ramera sociable y no sexual sino de ramas, hierbas, pétalos, botones y raíces. Título digno a la fémina, que si Afrodita era la diosa griega de la belleza, cuya labia era sábila, sílaba, labia, lascivia, otra anécdota de la señora Ramos que contaré despues. No me gusta platicar con colibríes, apenas entabló un diálogo y se marchan, adiós o hasta luego no existen sólo exhiben su pico presumiendo virilidad y rastros de polen.

Prefiero las migajas de pan, porciones pequeñas, amigas miles, ellas son hormigas. De género "la" pero sexo masculino y femenino; reinas, obreras y soldados. Días de sombrillas, a la voz de Fernado Delgadillo. Entienden lo que digo, detengo mis pies, estoy a su altura, somos iguales, destapo la "chompira" quitándome el sombrero como ellas sin paliacate entre sus antenas, agerridas, duras para cansarse y aire falta para seguirles el ritmo, cansancio a mis músculos, mente sobre materia. "¡Hey deténganse les digo!" La vida es igual, no espera a nadie, quedas a la orilla del camino si bajas el ritmo.

Hacía tiempo sin escribir sobre las páginas virtuales de "La Gacha Manzana X". Pensándolo bien, hacía tiempo sin escribir sobre una decisión que tomé. ¿Qué tan importante es mantener una amistad? Por un lado, las hormigas son pequeñas, muchas y muerden, mientras que los colibríes desayunan, comen y cenan volando porque el tiempo "vuela" cuando uno se divierte. No encabaja con los colibríes, menos con las hormigas. "Quiero aprender de tí, por eso me metí a tu blog, mejor sigamos siendo amigos y ya no seas sangrón conmigo", eso me dijo una damita. Justa razón tenía. Me comporté como una hormiga, cargando mucho peso encima sin prestar atención a lo sensible de mis antenas. Pecado del colibrí: decisiones rápidas, vida acelerada, no hay tiempo para pensar sólo picar y polinizar. Hace mucho alguien me habló de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga , alías "Gabriela Mistral" (poetiza chilena y ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1945) me recomendó leer su poema "Adiós", según quien me recomendó a la escritora tengo un estilo similar al usar contrastes, por ejemplo ella escribió esto:

"Para que ninguno,
ni hombre ni dios,
nos llame partidos
como luna y sol;
para que ni roca
ni viento errador,
ni río con vado
ni árbol sombreador,
aprendan y digan
mentira o error
del Sur y del Norte,
del uno y del dos!".

¿Verdad o mentira? No lo sé. Reconozco que cada letrado asume un estilo venido en años pero escribir como un Gabriel García Márquez no lo creo, sólo uno.

Se llama Gabriela. La dama quien me pidió no ser sangrón ni patán. Intenté alejarme de su vida, no pude, evitar ser dañado, no pude. Corrí el riesgo, apuesto a su cariño, su amistad, todo. Soy amigo de hormigas y colibríes, nada más. Todavía falta tiempo para que parta de este plano terrenal, de momento, conviviré con los humanos, mi raza de nacimiento, mientras que las alas pequeñitas y ojos mirones no me lleven a su lado.

ANEXO ESTE ESCRITO PARA RECORDARTE GABRIELA QUE TODOS TENEMOS UN ESTILO PROPIO. JOVEN ES TU PLUMA, RECUÉRDALO PORQUE "MEJOR PASAR VALIENTEMENTE AL OTRO MUNDO, EN LA GLORIA TOTAL DE ALGUNA PASIÓN, QUE DESVANECERSE Y MARCHITARSE DESPIADAMENTE CON LOS AÑOS", GENTE DE DUBLÍN, ESCRITO POR JAMES JOYCE. EN OTRAS PALABRAS ¡SÓLO ESCRIBE GABRIELA!

"FANTASMAS DEL CÁNCER"

¿Puede una revista de espectáculos espantar a los fantasmas del cáncer? Es una enfermedad silenciosa, Amalia nunca escuchó los pasos del ladrón de salud que invadió su cuerpo.
Como todo gran golpe lo planeó cauteloso, el momento oportuno llegaría. Un descuido de Amalia fueron segundos de ventaja, allá iba el cáncer, hacia la matriz de esta mazatleca.
El oncólogo que atendió a Amalia sabía a qué se enfrentaba. Los expertos lo describen como un enemigo público, peligroso, hace miles de copias de sí mismo, cuando termina deja un tumor, apenas es el comienzo.


Y rápidamente va moviéndose entre países, saltando fronteras, evadiendo puntos de vigilancia y migración. Carece de pasaporte o lugar de nacimiento, se rige por el cuarto signo zodiacal y tiene visa universal.


Muchos organismos internacionales de salud lo tienen fichado, la Sociedad Americana del Cáncer reveló que en el mundo murieron 7.6 millones de personas durante el 2007... Amalia no quiere ser una estadística.


La joven afectada no pierde su tiempo, cada minuto le cuesta un día de vida. Ese valor desaparece, fugaz como los segundos mientras ella espera su turno, en la sala de urgencias de la Clínica 03 del Seguro Social.


Las paredes azules encierran un vacío de ansiedad. Hay más pacientes de pie que bancas ya ocupadas, aparte de miedo se siente calor, trabaja a marcha forzada el aire acondicionado.


Sin moverse de su silla Amalia viajó a lugares que sólo ella conoce, por un momento esa revista de espectáculos espantó a los fantasmas del cáncer.


Pudo fugarse hacia la libertad, atrás dejó los olores a medicina. Voló con dirección al cielo, abajo se quedó la farmacia carente de medicamentos, los pacientes que dudan si ese día saldrán de la clínica caminando o en camilla.


Amalia tomó quizá la mejor decisión, abandonó el edificio repleto de trámites y burocracia. Sus manos se convirtieron en alas para planear hasta que se cansara. De pronto, regresó a la realidad, nunca se fue de la sala de espera.


Olvidó la revista de espectáculos durante su viaje. Se quedó en su bolsa color negro, decorada con piedras brillantes y diamantina. Amalia la sacó de ahí, decidió hojearla como si fuera la primera vez.


A la mitad de la revista detuvo su lectura. La secretaría del médico familiar la buscó gritando su nombre, "¿Amalia?", la paciente respondió.


Todavía no era mi turno para pasar, faltaban tres pacientes. No me percaté a qué hora salió Amalia del consultorio familiar. La banca se quedó sola, también su revista.

PD. TIENES TU RESPUESTA GABRIELA. GRACIAS POR LA INSPIRACIÓN.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas noches. Te preguntarás qué tienen de buenas. Quizás no mucho, pero sí lo suficiente para calmar ese corazón afligido. Sé lo que tienes, yo también lo he padecido. Estás cansado de buscar a la persona adecuada para tí. Tropezaste, una vez más. Fallaste, otra vez.
Repito, sé lo que es padecer la soledad. Son esas ganas de compartir tu felicidad y éxito con alguien. Pero, más importante aún, es tener un acogedor abrazo, un tierno beso y palabras de aliento cuando tu día ha sido pésimo. Sí, también sé que es muy difícil encontrar a alguien que satisfaga esas necesidades primordiales. Pero, la vida sigue, y debemos sonreirle a cada amanecer, pues no sabemos cuál de ellos podría convertirse en el sol que ilumine nuestro camino...

GSO