viernes, 6 de noviembre de 2009

Te regalo un trozo de mi alma

Todavía hace calor mientras no se despide el onceavo visitante, el caballero otoñal. A la catrina le rogué llevarse los calurosos días, pero dejó noviembre a muchos con la alma tibia.

Necesito una mentira para sentirme mejor, acá en el noroeste yace el polo norte, a 16 grados centígrados, entre cuatro paredes y la magia del clima artificial.

Antes de estas fechas, recuerdo hace algunos años, escribí este pensamiento. Lo inspiró una perdida, una dama que me destrozó el corazón, a la fecha no le guardo rencor pero sí le replico en silencio porque se rindió muy pronto.


Te regalo un trozo de mi alma


Reconocer cuando las horas,
se han desvanecido,
es como vivir entre zorras,
cuando tu ni siquiera has venido.

No, No, que no marque el reloj,
los minutos parecen morados,
cuál color me trae un verbo como obligó
que es pasado más no recordados.

Como antología veniste a llorar,
suplicándome vuelve una vez más,
sin saber que el callar,
es estar entre las ramas.

Ese cuadro de la pared,
no parece recuadrado,
es la odisea de coger
caminos vanos de retardo.

No estás para observarlo,
el espejo que se inclina para verte,
ya no puedo controlarlo,
es mi corazón en el taburete.

Ahi lo dejé la última vez,
recuerdas cuando nos dijimos adiós,
fue quizá para siempre en viernes,
pero fue miércoles día cinco y no dos.

Se terminó, dejamos que muriera,
dices "no te quedó claro",
te repito estoy enamorado y quiera
no me equivoque, aun no te he olvidado.

Que se mate el reloj con su veneno,
los segundos vagos y minutos tercos
manecillas menos, rencillas en ameno,
la corta vida llega por sólo barcos.

Horas imprudentes han de llegar,
en este puerto van a encallar,
siempre estuviste presente,
más cuando decìas espera y detente.

Qué te falta para entender,
yo no puedo comprender,
es más lógico que me mates,
a dejarme vivo cada martes.

Hoy lo he logrado,
plasmar palabras de un sentimiento ahogado,
mi corazón sigue latente
pero mi alma está en el puente.

Voy a brincar al vacio,
si te preocupas grita "No Dios Mio".
Si no te importo déjame loco,
que al cabo mi cordura te importa poco.

Ya mi pluma imprudente voy a secar,
tu jugaste el papel que deseaste actuar,
mis horas contadas están,
pero sólo para ti porque voy rumbo a San Juán.

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