viernes, 18 de septiembre de 2009

CRUELES INTENCIONES EN EL CUARTO DEDO


Las buenas intenciones desaparecieron hace mucho. Aventajamos los valores familiares, rompimos los paradigmas de México quedados a menos desde la literatura de Carlos Fuentes y José Emilio Pacheco desnudándolos a su paso, desvirtuándolos como pétalos arrancados de una rosa. Las auras y batallas en el desierto se pasearon por los pasillos claro oscuros de nuestro yo no pensante, como una víbora se arrastraron hasta nuestros sueños inyectándoles veneno.

Las crueles intenciones predominan, sea de día o noche siempre queremos sacar ventaja de la situación. Por ejemplo, conoces a una chava que tiene más salidas que un estacionamiento de super mercado, esquiva cual gacela de su presa, parece una liebre con las orejas agachadas entre la estepa, no la alcanzo a ver pero ella me observa desde lo lejos. ¿Cómo le hago ver que mis intenciones no son crueles?

Siempre existe esa incertidumbre, cuando hay una fama que prevalece. Tratar de limpiar ese pasado para mostrarle a ella el presente. Quizás a ella no le importe pero tú cómo lo sabes. Si ya te lo dijo es ganancia, sino entonces descúbrelo.

Ya quieres saber si te corresponde y no las invitado a salir, invítala a dar la vuelta, algo light sin querer pasar de primera base hasta el dogout porque se asusta y te bota. Mejor tómala calmada, si todo sale bien te recomiendo que cargues tu iPod y escuches la canción Bitter sweet symphony, en la versión de The Verbe porque originalmente la compusieron The Rolling Stones. Te sentirás un ganador con esa canción, seguramente irás caminando cuando la escuches, aventando a todo mundo, valiéndote madre las personas que caminan a tu alrededor porque tú ya conseguiste lo que querías... ELLA SABE QUE EXISTES.

Las intenciones no se pueden justiciar porque son nómadas, van y vienen entre el tiempo y el espacio. Son uniformes porque se moldean dependen la acción en que se desarrollan. Pueden contagiar de sabor a un suceso pero son incoloras e inolora. ¿Por qué no es insípida? Porque alguien me dijo que la vida no es un caramelo pero hay que aprender a saborearla.

Tú decides lo grande de aquella sombra, lo profundo del mar, si la arena te pica, el fuego causa risa, hielo adormecedor, música para los pies, mujeres a mis oídos. ¿Se pueden tantas cosas en la vida?

No hay marcha atrás porque comenzaste cuando tus padres decidieron no abortarse. Bienvenido al infierno. Te platicarán del cielo cuando acudas a tus clases de Catecismo, si es que eres católico. Si no es así, lo experimentarás la primera vez que te ahogues con un bocado de comida, si alguien te golpea, cuando te caigas quebrándote un hueso, cuando te partan el corazón, cuando tu mejor amiga a la que amas se casa y no te puedes hacer nada para evitarlo, porque te equivocaste al enamorarte de ella pero te lo permitiste sabiendo que al final sufrirías porque es ilógico enamorarse de tu mejor amiga pero a tí no te importó.

El pronóstico no está de mi parte, nótese que escribo en primera persona ahora. Las intenciones no eran malas, enamorarse como cualquier persona lo hace, sentir mariposas en el estómago y construir castillos en el aire. Ni la Armada Increíble, que comandó Sir Francis Drake en Inglatera a mediados de mil 500, derribó mis torres. Pudo más un anillo de oro blanco con una piedra preciosa que mil corsarios bien armados. Las guerras no se ganan en el campo de batalla, sino en el imaginario colectivo, ahí me destrozaron, sobre esa mesa de planeación se hundieron mis barcos, uno por uno hasta que cayó el más fuerte, se hundió junto a mis esperanzas que sólo yo las alimenté, jamás fueron recíprocas, quizá en mis sueños sí pero hasta ahí.

Si a ustedes les ha pasado esto, enamorarse de alguien que no deben porque saben que saldrán dañados pues qué esperan, háganlo porque es lo más masoquista y genial que le pueden hacer a su corazón. Así valorar las amistades que vale la pena mantener, ustedes deciden si se avientan al ruedo. Yo tomé al toro por los cuernos, sufrí y perdí pero lo hice y ustedes se animarán o se quedarán en el intento.

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