miércoles, 27 de enero de 2010

CINCO SENTIDOS


Olvidar las raíces cuesta trabajo. No voltear atrás, como los hombres y mujeres transformados en sal, es difícil. ¿Una balacera desatada frente a un centro comercial te impacta? ¿Una balacera frente a un centro comercial aumenta tu adrenalina? ¿Has olvidado quién eres? Jamás.


Aun cuando no vistes una camisa, ni enarbolas una bandera tú eres periodista. Sin casarte a la casa editora, tener editores pasmados y molestos con el trato que la vida les dio, tú sigues siendo periodista. Las noticias corren tan rápido que deseas alcanzarlas, superarlas incluso inflarlas. ¿Por qué actúas así? ¿Acaso ya olvidaste los cinco sentidos del periodista que Ryszard Kapuscinski elevó de la tierra al cielo? Estar, ver, oír, compartir y pensar.


No pensé en las consecuencias y salí corriendo del centro comercial. Eran las 7:15 aproximadamente, se escucharon los disparos a los lejos, pocos advirtieron lo que sucedía a unos cuantos metros. La muerte apareció otra vez, entre una centena de automóviles estacionados y compradores atónitos a lo que ocurría. Atrás se cerraron las puertas de la tienda departamental. No lo advertí. Ni mi madre o mi hermana se jactaron que me había ido.


Otro disparo se escuchó y pecho a la tierra pensé. No me levanté, asomé la cabeza, entre unos carros y no había nadie más. A lo lejos se oía el ulular de las sirenas, venían por los difuntos, corrían por los dolidos, llegaron a tiempo para el llamado de La Catrina.


Busqué la grabadora y no la encontré, tampoco mi libreta de taquigrafía, menos una pluma o lápiz. Tomé mi celular y empecé a tomar fotografías. Estaba en el sitio, la "zona cero", miré la escena con asombro, como la primera vez que llegas a una balacera tardía. De dolor nadie se quejó, pereza vespertina inundó aquel lúgubre umbral, entre autos y casquillos percutidos. Doña Macabra se esfumó dejando un velo negro a su paso.


Advertí la última esencia de soledad. Bullían las miradas cómplices e ignorantes, curiosas de saber qué había pasado, estaba en medio de una escena que comprendí al instante... una vida más se fue, a la fuerza, sin decir adiós, lo despacharon rápido.


Y cito otra vez a Kapuscinski "En el periodismo hay formas menores, en que riesgo disminuye. Si el periodista se dedica al área científica o a los espectáculos, es probable que tenga más seguridad para sí y para su familia".


"Pero asumir la promoción y defensa del bien público, precipita al periodista en un terreno minado por intereses de toda clase, en el que debe entrar bajo riesgo porque alguien debe asumir ese compromiso para servicio, beneficio y defensa de la ciudadanía".


"Se trata, eso sí, de no asumir riesgos innecesarios. Las actitudes temerarias de periodistas que adoptan pose de héroes, de nada les sirven a los ciudadanos, exacerban a los delincuentes y arrojan muy costosas utilidades a la vanidad del periodista".


"Un trabajo informativo, serio y responsable, exento de apasionamientos, con una rigurosa metodología en que cada afirmación está debidamente sustentada, inspirado en el bien común y no en actitudes de odio o de vindicta, no suprime el riesgo pero sí lo disminuye".


Las siguientes líneas de texto las pueden encontrar en el Consultorio ético, del escritor y periodista Javier Darío Restrepo, en el sitio web de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano http://www.fnpi.org/


La "zona cero" era un cerco de dudas. ¿Quién? ¿Por qué? ¿Para qué? Eran las interrogantes que aullaban desde los casquillos percutidos, humearon con el último respiro de la agonía. Salí de ahí, dejé a las autoridades que hicieran su trabajo. Mi familia me esperó en el centro comercial. Regresé a ellos, me preguntó mi hermana si había escuchado la balecera yo lo negué, porque después lo escribiría. Dejé hueco para la duda, espacio a la pluma.


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