El 25 de febrero del 2009 comencé una bitácora literaria. Sobre la primera página color beige escribí "Ya lo abriste, lee en voz alta para que sangren las hojas y tus manos se manchen... incrédulo tres veces".
En esta libreta, o bitácora, de pasta oscura y gruesa escribo aquellos poemas, pensamientos, reflexiones que me atraen. Incluso retrato rostros de personas que significan mucho para mí o algun especio abierto o cerrado.
Debajo del retrato de una amiga escribí lo siguiente "Cielo llegó en el momento justo, espantó miedos que yo venía arrastrando desde meses atrás. Una compañía que de noche desnudó mi alma para tocarla.
Y recordé por qué vine a este mundo... para ayudar a otros".
Sí, lloré cuando ella se alejó de mi, el autobus inició su marcha, me dejó atrás, ella se adelantó y lágrimas derramé pero se las oculté detrás de mis lentes de sol.
Que el tiempo pase aunque sea relativo, venga otro poema o reflexión que mi bitácora está ansiosa de ser tocada por las palabras de su autor y otros cómplices literatos.
