miércoles, 1 de abril de 2009

- - ENSAYO - - CONSUMACIÓN DE LA TRINIDAD


La pérdida de un ser querido es irreparable. El corazón gana una cicatriz que jamás cerrará, se mantiene abierta y a los ojos de todos es una herida que cala hasta los huesos si se trata de un ser amado, llámase padre, hermana, esposa, hijos incluso un bien material.

Ninguna satisfacción puede remplazar que algo nos haya sido arrebatado, quitado de las manos o desprendido de nuestras vidas. Es el intercambio natural de las cosas a cambio de ser más fuertes según Friederich Nietzsche.

Como justificación del hecho, las pérdidas producen cambios en la persona o un grupo colectivo. Esa transformación es física o emocional y ocurre porque la perdida roba tiempo, espacio y energía. Yo la llamo "Consumación de la trinidad", tres elementos que rigen el rumbo de nuestras acciones.

El temblor que derrumbó el edificio de la Universidad Iberoamericana en los años 80 servirá para ejemplificar la teoría de la "Consumación de la trinidad". Este campus educativo se levantó por el interés de cientos de personas que apostaron todo a su proyecto, a generar jóvenes con una visión diferente para llevar las riendas del país. Esa energía acompañó a maestros, alumnos y personal administrativo cuando se colocó la primera piedra. Comenzó un sueño para todos que se dividió en secciones como salones, pasillos, jardines y oficinas. El espacio físico se traduce como el cuerpo de la universidad, lo tangible del sueño y donde se depositó aquella energía de todos los involucrados. La razón del tiempo se complementa cuando una misión impulsa a una persona o grupo colectivo, esa misión se traza en años, meses y días para lograr un objetivo. La misión parte de un presente en dirección al futuro y con un contexto de aprendizaje que viene del pasado. Se combinan tres tiempos para crear uno solo dentro de un espacio en movimento.

La trinidad toma forma, comienza su peregrinaje y evoluciona en cada generación de acuerdo al ejemplo de la Universidad Iberoamericana, sus alumnos y maestros. Cada año los planes de estudio se adaptan a las necesidades cambiantes del mercado, se necesitan nuevos perfiles y la universidad está encargada de entregarlos a la sociedad que los demanda. El tiempo, el espacio y la energía producen el combustible que necesita el Distrito Federal. Todos ocupamos algo que nos motive, que se transforme en energía como el amor por ejemplo. Encontramos el amor cuando menos nos lo esperamos y nos preguntamos si es el momento justo para enamorarnos y cuando aceptamos ese compromiso compartimos nuestro tiempo y espacio con alguien. También puede enamorarse o encariñarse del "Alma mater", nuestra Universidad Iberoamericana.

El escritor británico William Shakespeare, a través de su obra El mercader de Venecia, explica la "Consumación de la trinidad "¿Si nos pinchaís, acaso no sangramos? ¿Si nos envenenáis, acaso no morimos? Y si nos ultrajáis ¿no nos vengaremos?". Un terremoto derrumbó la Universidad Iberoamericana, nadie murió pero la estructura se vino abajo. No hubo sangre pero sí pérdidas materiales. Contra la naturaleza nadie pudo vengarse, sólo quedó rehacer la escuela.

La trinidad se consumó con la pérdida material de la universidad, sin embargo la trinidad es una vuelta de tuerca porque sólo se produce a través de ciclos y poco a poco la trinidad reapareció hasta que se construyó el nuevo edificio de la Universidad Iberoamericana.